miércoles, 1 de mayo de 2013

"Un dia cualquiera de un parao"


Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano”.
Ernesto Sábato


 La cifra de más de seis millones de parados que, de cuando en cuando, nos recuerdan los medios de comunicación, dice tanto como oculta. Muestra una realidad  desde muchos puntos de vista: sociológica, económica y políticamente. Pero hay detrás de ese dato  hay otra realidad, no cuantificable,: la realidad del sufrimiento humano. La que no aparece en las estadísticas.
Cada mañana, al despertarnos, miles de personas nos preguntamos: “¿Será éste el día en que me llamarán por teléfono para realizar una entrevista de trabajo? ¿Será éste el día en que encontraré en la bandeja de entrada de mi correo electrónico una respuesta de alguna de las muchas empresas a las que he enviado mi currículum? ¿Será éste el día en que me toparé con alguna oferta de empleo digno en alguna página de búsqueda de trabajo?”.En Castellar es todo muy simple ir al Ayuntamiento para preguntar ¿si  van a empezar las obras de la rehabilitación de las casas? Leer en el panel de la puerta por si hubiera algo, tomar café en los bares de la plaza  intentando  oir alguna noticia de trabajo, solo queda ir a la Almoraima y preguntar a Pepe Rojas o algún empleado de la oficina si hay alguna faena próximamente. Pero ese día nunca llega.
¿Pero qué ocurre cuando tras largos, eternos meses de búsqueda no consigues nada? No solamente te sientes como si estuvieras en una travesía por el desierto si no que  ganarte la vida por tus propios medios más bien parece un regalo divino antes que un derecho, como nos dijeron que era.
El tiempo va marchando sin cesar y con él las ilusiones y las expectativas se van perdiendo por el sumidero. Parece como si cada día que pasa jugara en tu contra. Porque la paciencia también tiene límites. “¿Hasta cuándo durará esta condena? ¿Seré capaz de salir algún día de esta situación?”, te preguntas.
Un buen día el teléfono suena y una señorita con voz resuelta y clara te emplaza a una entrevista para un puesto de trabajo como comercial. Piensas que las horas que has invertido enviando currículos han dado al menos algún fruto. Confirmas tu asistencia a la entrevista aunque sin saber muy bien en qué consiste el trabajo en cuestión, pues, como consecuencia de la desesperación y de las ganas de poder encontrar un empleo, a veces acabas apuntándote a todo tipo de ofertas sin apenas conocer las condiciones.
Al día siguiente acudes a tu entrevista con traje y corbata y la mejor de tus sonrisas, preocupado ante todo por causar una buena impresión inicial en la retina de tus entrevistadores. Tardas pocos minutos en venirte abajo, cuando te das cuenta de que aquel trabajo al que estás aspirando no es sino otra estafa mayúscula entre las muchas que pululan por ahí: los jefazos de la empresa pretenden que vayas de puerta en puerta por medio mundo promocionando no sé qué producto sin pagarte a cambio ningún sueldo fijo. “¿Se están riendo de mí?”, piensas. Te marchas de la entrevista con cara de imbécil, llegas a tu casa y te sientes hundido.
Los días siguen pasando. Escribes cientos de correos a empresas de todo tipo: te ofreces como reponedor, como dependiente, como teleoperador,  jornalero , como cuidador de mascotas… Te recorres  todas las calles de la ciudades del Campo de Gibraltar  dejando copia de tu currículum en todos los lugares que puedes. Nada surte efecto. La sensación no puede ser más desalentadora: “¿Hay un lugar para mí en la sociedad?”, es la pregunta que te haces una y otra vez
Cuánta injusticia más somos capaces de soportar? ¿Qué más tendría que ocurrir para que quienes tienen responsabilidad desde las instituciones, reaccionen y corrijan de inmediato las políticas profundamente erráticas que nos han llevado hasta semejante abismo?
El drama del desempleo va mucho más allá de la circunstancia, ya por sí misma dolorosa, de condenar al desempleado a la precariedad material o la pobreza solemne. Ese drama incluye un aspecto igualmente preocupante pero no suficientemente puesto de manifiesto: el desgaste psicológico.
El no tener un medio con el cual ganarse el pan repercute directamente en la autoestima del desempleado. Este tiene la sensación de no ser una persona “útil” para el conjunto de la sociedad en la que vive al no poder contribuir, con su fuerza de trabajo, a la generación de riqueza, puesto que no puede incorporarse en el sistema productivo. Las largas horas del día tratando de ocupar el tiempo en actividades más o menos enriquecedoras no ayudan a paliar esa sensación puesto que, en las condiciones actuales de nuestro sistema, percibir un salario a cambio de una actividad mínimamente reglada es la forma común de lo que conocemos como “trabajo”, una parte fundamental de nuestro ser como ciudadanos y como personas. La propia búsqueda de trabajo se llega a convertir en una rutina terrible que enfrenta al desempleado a sus propios fantasmas, traumas y frustraciones de manera permanente, un día tras otro de su existencia.
Los motivos para el optimismo no parecen demasiados. Podríamos sentirnos tentados a maldecir los tiempos que nos han tocado, pero no valdría para nada.
En esta dificultad para vivir tenemos, la necesidad de buscar apoyos para la propia supervivencia y para ello hay que realza  la importancia de valores tan venerables como el amor, la amistad, la generosidad, la benevolencia, sobre los que se construyen los lazos sociales.
 “¿Qué podemos hacer?”, nos preguntamos. Seguir en la búsqueda de empleo y buscar apoyos allí donde podamos encontrarlos. Tratar de no desfallecer. Sumarnos a los movimientos que creamos justos. Denunciar las iniquidades del sistema. Cultivarnos como personas. Ampliar nuestra formación. Enriquecer nuestro tiempo con actividades que nos aporten conocimiento y bienestar.
Apenas nos queda esperanza, pero sin esperanza difícilmente podríamos encontrar arrestos para afrontar la vida. Ahí fuera, en ese mundo inmenso que nos devora y nos abraza, que nos asusta y nos sorprende, está aguardándonos otra oportunidad, un nuevo día que nos deparará algunas cosas inesperadas y, siempre, el deseo de seguir luchando. Luchar para vivir, vivir amando, amar para seguir luchando. Luchar, amar y vivir: esa es nuestra tarea.

En momentos de crisis como el que atravesamos, urge más que nunca señalar la importancia de esos lazos sociales para salvaguardar la dignidad de la vida humana, frente a todos aquellos que, de un modo u otro, pretenden denigrarla. Se trata de tejer una tupida red de cooperaciones y solidaridades entre grupos y personas capaz de construir un frente de resistencia contra los embates que todavía han de venir, en Castellar tenemos que unirnos para sacar adelante a nuestras familias, y para ello el único recurso que tenemos es el Medio Natural-



lunes, 29 de abril de 2013


Manifiesto de CGT 1º de mayo 2013 

SALIDA PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN (MAGALLANES)
A LAS 12.00HORAS ALGECIRAS

"Por el reparto del trabajo y la riqueza"

El 1º de Mayo es el Día Internacional de la clase trabajadora, un día de lucha de la clase social a la pertenecemos el 99% de la población, un día para sentirnos de la misma clase social, para confluir todas las personas, ya seamos empleadas, desempleadas, jóvenes, pensionistas, migrantes, estudiantes, desahuciadas, excluidas, despojadas… El 1º de Mayo un día para reivindicar en las calles la defensa de la nueva sociedad que creemos, basada en la libertad y la justicia social.
Este 1º de Mayo es el quinto consecutivo que vivimos tras el estallido de esta crisis del sistema capitalista provocada conscientemente por el poder, por políticos corruptos, por los ricos y especuladores dueños de la banca, de la gran patronal, de las multinacionales.
Nos han conducido a una situación de emergencia social. Han creado seis millones de parados, han rebajado los salarios, nos niegan el derecho al trabajo, a un convenio colectivo, recortan los gastos sociales, privatizan la sanidad, la educación, reducen la protección social, nos hacen pagar una deuda ilegítima, privatizan las grandes empresas, los servicios públicos, rebajan las pensiones, todos los derechos los convierten en negocios… y todo ello gracias a una clase política inmoral, corrupta, que solo recibe ordenes de la Troika (BCE-UE-FMI) y abandona su obligación de servir al pueblo, generando un sistema político que niega la verdadera participación democrática a ese pueblo.
La perversidad de este ataque ideológico y estratégico no tiene limites. Hemos de ser nosotras y nosotros, quienes demos las soluciones desde la autogestión, poniendo en marcha proyectos y acciones que paren la agresión y que nos conduzcan a una nueva sociedad que de prioridad a las necesidades de las personas frente a los mercados económicos y financieros.
Desde la CGT decimos que no podemos seguir resignados ante el drama del paro y proponemos la ocupación de las empresas que cierren siendo las y los trabajadores quienes las gestionemos y recibamos la financiación y asesoramiento público que ahora se destina para cerrarlas.
Frente al paro proponemos repartir el trabajo, reduciendo la jornada laboral, proponemos adelantar la edad de jubilación, para poder trabajar todas y todos.
Proponemos repartir la riqueza a través de una reforma fiscal que acabe con el fraude, los paraísos fiscales, las exenciones de impuestos a las grandes fortunas y empresas y que sean los ricos quienes paguen más, para que la sanidad, la educación, la protección social sean públicas y universales, para todas y todos.
No podemos seguir resignados, ante un sistema político y social impuesto por el capitalismo que consigue llevarnos a situaciones de hambre, violencia, desesperación, a la destrucción de la vida en el planeta.
Desde la CGT proponemos luchar, ocupar las calles, los espacios públicos, proponemos una movilización permanente contra el sistema, negarnos a colaborar con él, proponemos convocatorias de huelgas sectoriales y generales para que la población sea la verdadera protagonista de la nueva sociedad que queremos, una sociedad de reparto, de igualdad y justicia. Una sociedad autogestionaria, antipatriarcal, ecologista, no racista ni xenófoba… libertaria.
ESTE ES EL ÚNICO CAMINO: LA AUTOGESTIÓN
NO HAY VUELTA ATRAŚ
VIVA EL 1º DE MAYO

domingo, 28 de abril de 2013

Vecinos de Castellar crearán una asociación de productores y consumidores antes de la explotación agro-ecológica de Majarambú



Gustavo Ales: “El enemigo público número uno de la humanidad es la pérdida de suelo fértil, la desertificación”


Los vecinos de Castellar reunidos en la última jornada del seminario de CGT sobre autogestión, economía solidaria y soberanía alimentaria han decidido crear una asociación de productores y consumidores de productos ecológicos. Así lo han decidido a primara hora de la tarde de hoy domingo, 28 de abril, a propuesta del alcalde, Juan Casanova. El alcalde intervino tras la última de las ponencias presentadas al seminario, la que expuso Ismael Rojas sobre  creación de cooperativas, cuestiones fiscales, jurídicas e iniciativas.
Casanovas explicó que esa asociación será el primer paso para la futura explotación cooperativista de Majarambú, finca de la Junta de Andalucía cuya venta en subasta se evitó el año pasado tras la movilización popular. El Ayuntamiento presentó en verano  un proyecto de explotación agro-ecológica de la finca a la Junta de Andalucía y ahora está esperando que el Gobierno andaluz le ceda el uso de la tierra para echarlo a andar.
Casanova dijo que la asociación es el embrión de lo que será la futura cooperativa y añadió que espera que la Junta de Andalucía agilice y concluya pronto los trámites para poder poner en marcha el proyecto.
Ismael Rojas explicó que hoy en día ya no es necesario un capital mínimo para crear una cooperativa y explicó cuales son sus principios constitutivos: Estructura y gestión democrática, igualdad de todos los socios en derechos y deberes; participación de los socios en las actividades; autonomía e independencia y fomento del empleo estable. Añadió que la ley obliga a que cuando los beneficios superan el 50 por ciento del capital social la cooperativa está obligada a destinarlos al fomento del empleo estable, la ayuda a los empelados no socios a ingresar como socios, y a otros fines sociales en beneficio de la propia entidad.
Antes que Rojas intervino Armando Álvarez, inspector de Agrocolor SL, una empresa dedicada a la certificación de productos ecológicos, que habló sobre la normativa ecológica y los procesos de certificación. Álvarez explicó que en Andalucía la Junta de Andalucía tiene encomendada esta función a empresas privadas como la suya, que se dedica no solo a inspeccionar y certificar sino también al ensayo de productos en el campo. Álvarez dijo que los beneficios de la certificación ecológica son muchos para los productores: garantiza la calidad de sus productos, aumenta su competitividad, apoya las ventas y evita el rechazo, facilita la introducción de los productos en los mercados y consigue más implicación de los agricultores en el proceso productivo. Para los consumidores supone una ayuda en el proceso de elección de los productos y les permite comparar las ofertas.
Álvarez dijo que el objetivo de las certificaciones es la seguridad alimentaria global, el respeto al medio ambiente y el cumplimiento de la normativa laboral.

Para que un agricultor consiga las certificaciones es necesario un proceso que pasa por las siguientes etapas: solicitud y plan de conversión de sus tierras de convencionales a ecológicas; revisión; visitas preliminares de los inspectores; evaluación; inscripción; seguimiento y certificación de conformidad. El tiempo  medio para que unos cultivos sean certificados como ecológicos es de dos años a partir de la primera siembra ecológica.
El ingeniero técnico agrícola Gustavo Ales fue el primer ponente de la mañana. Ales fue rotundo al decir: “El enemigo público número uno de la humanidad es el suelo desnudo. Ni la energía nuclear, ni la destrucción de la capa de ozono ni el cambio climático, el enemigo más grave que tiene la supervivencia de la humanidad es la pérdida de suelo fértil, la desertificación. Ése es un proceso irreversible y más dañinos que todos los anteriores”.
Gustavo Ales dijo que la creación de una capa de un centímetro de suelo fértil, con todos sus nutrientes, bacterias y biodiversidad exige de cientos de miles de años y que una vez que el suelo se destruye ya no hay manera de recuperarlo. El ingeniero agrícola recordó que la agricultura tiene más de 10.000 años y que la versión agroindustrial que conocemos hoy en día, que es la que está acabando con los suelos fértiles, no tiene más de cien. Por tanto es falso el mensaje de las grandes multinacionales cuando dice que sólo con sus métodos, que implican la erosión y la desertificación progresiva de los suelos dedicados a la agricultura y la ganadería industriales, se puede alimentar a la humanidad. Ales dijo que el uso masivo de fertilizantes químicos, de herbicidas y de tractores a gran escala se ha hecho sin una investigación agronómica previa, sólo para dar trabajo a la industria militar una vez acabada la Segunda Guerra Mundial. “Las fábricas de tanques se convirtieron en fábricas de tractores y las fábricas de urea que se usaron para la guerra química se convirtieron en fábricas de nitratos fertilizantes”, dijo Ales, que añadió: “Los herbicidas los inventaron los norteamericanos en 1968 para la guerra de Vietnam y sus fábricas se reconvirtieron luego y crearon el mercado de los pesticidas agrícolas”.

Daniel Jover defiende que emprender en economía social exige personas honestas con los valores tradicionales de la clase obrera


PUBLICAMOS ESTA TRES CONFERENCIAS QUE SE CEBRARON EL VIERNES


Tres conferencias-coloquio y la proyección de un documental han completado la primera jornada del seminario sobre autogestión, economía social y soberanía alimentaria que se celebra desde esta tarde en Castellar  organizado por la Confederación General del Trabajo (CGT).
Miguel Pérez, secretario provincial de la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG) en Cádiz, ha explicado cómo la dictadura y el control que unas cuantas transnacionales ejercen sobre la agricultura y la distribución de alimentos arruina la vida de los pequeños y medianos agricultores de todo el mundo. Pérez explicó cómo en la década de los 90 surgió el movimient0o Vía Campesina, que agrupa a organizaciones y movimientos sociales de uno sesenta países, que luchan por liberarse de esa dictadura globalizadora que con el control de los precios en los mercados de futuros o con el control de las semillas de los transgénicos han hecho de la alimentación un tremendo negocio para unos pocos quitando el derecho básicos a la alimentación a millones de personas en todo el mundo.
Pérez explicó el concepto que frente a esa realidad enfrenta Vía Campesina, la soberanía alimentaria, que implica agricultura ecológica respetuosa con el medio ambiente, potenciación de las redes de comercio local y precios justos. El secretario provincial de COAG que la autogestión está en al esencia de la soberanía alimentaria, que sin unja la otra no es posible.
Daniel Jover, educador, ha explicado que es partidario más de la eutopía, que de la utopía. Jover ha explicado que  las eutopías son buenos lugares reales donde hay gente que vive ya según los cambios que queremos para el futuro, inspirados por las utopías. Ha destacado la cooperativa de crédito surgida en Cataluña cuando hace años, tras el cierre especulativo de la editorial Bruguera, 57 trabajadores se negaron a aceptar las condiciones del despido, denunciaron, ganaron en el juzgado y unieron sus indemnizaciones en una cooperativa de crédito que hoy en día tiene diez millones de euros distribuidos en créditos a cooperativas y empresas de economía social de toda España.
Jover destacó algunas eutopías que hay en el sector agrícola, como varias cooperativas agroganaderas en Tierra de  Campos, en Palencia, y advirtió que la autogestión y el éxito de las cooperativas sólo están asegurados si en ellas participan personas con valores. Personas que sepan pensar, tengan valores y una cultura de respeto, laboriosidad, honestidad y veracidad También advirtió de los riesgos de la auto explotación y dijo que emprender en equipo, con valores de la clase trabajadores es algo muy diferente al modelo de emprendedor yupi e individualista que se fomenta desde el poder.
Joan Corominas, educador y cineasta, presentó su documental Educar es la mejor manera de luchar. Antes de su proyección afirmó que el movimiento de los campesinos sin tierra de Brasil comparte su preocupación por la educación  con el movimiento obrero español de finales del XIX y principios del XX. Advirtió que los movimientos sociales que en estos momentos están surgiendo en España deberían también hacer de la educación pública, democrática y participativa unos de sus ejes centrales. Frente al sistema educativo controlado y controlador del poder capitalista neoliberal, frente a la escuela que exigen el FMI y el Banco Mundial a través del el informe PISA, Corominas defendió la escuela cercana al barrio, liberadora, y en formación permanente. Corominas recordó al pedagogo  Pablo Freire, que dijo que la educación más liberadora es la que está basada en el amor, y añadió que el cariño, las relacione afectivas entre educandos y educadores son imprescindibles para una verdadera educación. La libertad, la relación con la naturaleza, o la autogestión son otros temas que a juicio de Corominas deben estar presentes en un buen proyecto de educación.
Corominas explicó luego cómo es la estrategia de los trabajadores sin tierra del campo brasileño: ocupación de tierras, diálogo y presión para que el estado las coim0pre y se las ceda en usufructo a los trabajadores, y asentamiento para producir siempre con modelos agroecológicos. Ocupar, resistir y producir es el lema de un movimiento que tiene presencia ya en más de veinte estados de Brasil. 

Algarbani evoca el intento reformista de la República en Castellar y Zapara explica la experiencia de la cooperativa agrícola La Verde

Maravillosa charla  centrandose en aspectos concretos de Castellar


El historiador algecireño José Manuel Algarbani ha dado una conferencia sobre la reivindicación de la tierra y la reforma agraria durante la Segunda República española en el Campo de Gibraltar y su aplicación en Castellar de la Frontera. Ha sido en la segunda jornada del seminario sobre autogestión, economía social y soberanía alimentaria que se celebra este fin de semana en el aula Federico García Lorca de esta población, organizado por la Confederación General del Trabajo (CGT).
Algarbani ilustró el predominio del sindicalismo anarquista en el campo andaluz con una cifra que no deja lugar a dudas: La CNT tenía 45.000 afiliados en la provincia de Cádiz en la década de los 30. El historiador explicó cual fue la evolución y la estrategia de la CNT frene a la reforma agraria que emprendió el Gobierno de la República en 1932. De las esperanzas iniciales se pasó luego a una actitud más reivindicativa y combativa cuando los trabajadores y afiliados a la organización sindical descubren que esa reforma es lenta y no llega con la celeridad que esperan. Además, en el bienio negro, cuando la coalición de derechas toma el poder, la estrategia de oposición y confrontación se acentúa. En 1934 la CNT organiza numerosas huelgas campesinas en el Campo de Gibraltar y en abril de ese año aparece una bomba en el alfeizar del alcalde de Castellar que no llega a explotar porque la mecha estaba mojada.
Algarbani ha explicado que el Instituto de Reforma Agraria planeó expropiar al duque de Medinaceli, propietario único de las más de 16.000 hectáreas que integran la finca La Almoraima. El plan era dejar al duque con algo más de 3.000 hectáreas, dar al municipio 2.000 y ceder 9.000 hectáreas al IRA para asentar en ellas a pequeños propietarios agrícolas. Este plan preveía el asentamiento de jornaleros sin tierra de Castellar, pero también de San Roque, Jimena y Los Barrios. Algarbani ha contado que el Instituto de Reforma Agraria pretendía asentar a 333 familias, pero solo lo hizo con 25. Tras el triunfo del Frente Popular, la presión campesina aceleró el proceso, pero el levantamiento militar y la caída de Castellar en manos fascistas lo frenó y supuso la devolución al duque de  todas las tierras.
Algarbani ha explicado que la represión franquista, que en Castellar supuso el fusilamiento de 20 personas, se cebó principalmente en los líderes jornaleros, los sindicalistas y los campesinos que se habían beneficiado de la reforma agraria.
Manuel Zapata, socio de la cooperativa de agricultura La Verde, de Villamartín, contó a continuación la experiencia de esta empresa social que lleva treinta años funcionando en la sierra Norte de Cádiz y abasteciendo de todo tipo de verduras, hortalizas y frutas a muchos consumidores de las provincias de Cádiz y Sevilla.
Zapata no ocultó las dificultades que supone el modo de producción cooperativista y agroecológico, pero añadió que más difícil era hace treinta años que ahora porque entonces eras todo una  novedad y hoy en día ya existe un mercado y una demanda social de sus productos. Zapata dijo que las dificultades más graves vienen de los problemas personales entre cooperativistas, y agregó que las trabas de origen político que sufrieron en sus inicios cuando solicitaban el apoyo de las administraciones, les llevó a una conclusión: Hay que luchar con los recursos propios e implicar a familia, amigos y conocidos, pero no hacer depender un proyecto de las posibles ayudas o subvenciones públicas.
Zapata afirmó que actualmente La Verde explota catorce hectáreas, de las cuales tres son de frutales de muy diverso tipo, y el resto dedicado a la producción hortícola al aire libre. Añadió que, en Villamartín, la finca propiedad de los herederos del fundador de la Guardia Civil, el duque de Ahumada, tiene 800 hectáreas y solo contrata a cinco personas. “Nosotros con catorce hectáreas damos de comer a seis familias. Es decir, somos la empresa agrícola más importante, rentable y que da más empleo de toda la comarca”, afirmó.
Zapata afirma que encontrar mercado, asegurar un circuito de distribución es también muy importante para quienes quieran poner en marcha una cooperativa. No sólo se trata de encontrar financiación y producir. Hay que pensar en asegurarse un mercado. Y para ello dijo que lo más seguro es lo más cercano, construir un mercado local y comarcal. Negó que los precios de los productos ecológicos sean más caros que los de la agroindustria, sobre todo porque en el transporte a sitios cercanos y la eliminación de los intermediarios se ahorran muchos costes.
Afirmó que el modelo industrial que domina los mercados está arruinando la agricultura española. Dijo que la mafia parece un grupo de aficionados si se compara con el fraude que representa el sistema de reparto de las subvenciones agrícolas para los terratenientes. Un sistema que está cavando la fosa de la agricultura de este país: “Nuestro sistema de producción de alimentos está gravemente erosionado y la población agraria envejecida”, afirmó Zapata. El fundador de La Verde explicó que hoy en Villamartín, o en cualquier pueblo andaluz, sólo se produce el 10 por ciento de los alimentos  que se consumen. El resto, el 90 por ciento, viene de fuera, y está controlado por las grandes compañías agroindustriales que también controlan el mercado de las semillas. Ocho empresas se lo reparten en todo el mundo.

El alcalde de Castellar acepta hacer un estudio sobre la incidencia de los pesticidas y la contaminación en la población infantil



El alcalde de Castellar de la Frontera ha aceptado esta tarde impulsar un estudio en la población infantil del pueblo para ver qué sustancias químicas y en que cantidad acumulan los niños y niñas en sus tejidos grasos, para ver así si el uso de pesticidas de la agricultura y la contaminación atmosférica está afectando a su salud. Casanova aceptó así la idea de un vecino del pueblo que hizo esa propuesta al escuchar la conferencia de Marieta Fernández, profesora de la Universidad de Granada, que ha participado en el seminario  sobre autogestión, economía social y soberanía alimentaria que se celebra este fin de semana en Castellar, organizado por la Confederación General del Trabajo.
Casanova dijo que recogía el guante lanzado por el vecino en el coloquio posterior a la conferencia y añadió que se pondrá en contacto con las autoridades sanitarias y educativas y con las familias para diseñar un estudio científico y riguroso sobre el asunto.
Marieta Fernández explicó que en España el 4,65 por ciento de la superficie agrícola se dedica a la producción de frutas y hortalizas y que sobre ella se usan el 51 por ciento de todos los pesticidas que se venden en el país. Fernández criticó un informe que hace unos meses se publicó en la portada del periódico de El País en el que se concluía que el consumo de productos de la agricultura ecológica no supone una mejora de la salud de las personas que los consumen. Fernández dijo que de los 17 estudios en que estaba basado el informe solo tres examinaban variables clínicas y que en el resto se omiten datos relevantes y se interpretan mal los resultados. La profesora granadina criticó el argumento frecuentemente usado por las autoridades cuando dicen que en determinados productos no se superan los límites legales de determinadas sustancias. “Muchos poquitos suman un mucho, y además esas sustancias se van acumulando y muchas de ellas tienen impactos sutiles que no se manifiestan sino al cabo de los años”, dijo.
Fernández explicó que en las muestras de tejido humanos que ella analiza en el hospital de Granada donde trabaja aún encuentra restos de DDT, un insecticida que se prohibió en España hace 35 años. ”Las aguas de todos los ríos de Andalucía tienen pesticidas y esa aguas se acumulan en embalses o en acuíferos, pasan a las plantas o a los animales que comemos y seguimos acumulando tóxicos en nuestros organismos”, añadió.
Fernández contó el caso de una niña de cuatro años que ingresó en el hospital granadino porque había desarrollado las mamas, le había venido la regla y tenía unos niveles hormonales altísimos. Al investigar en su entorno se descubrió que en el almacén de la casa de sus padres se almacenaban los pesticidas que se distribuían a toda la comarca. También explicó que actualmente en España la comunidad autónoma donde se halla más DDT en las grasas de las personas es en Canarias. La razón: la proximidad a Marruecos, donde aún está permitido y la alta volatilidad de este elemento.
Fernández narró también cómo en el mismo hospital los médicos del servicio de urología se alarmaron porque les llegaban muchos casos de niños con criptoquidia,  malformación con las que nacen los niños cuyos testículos no han salido a la bolsa escrotal y hay que operarlos para extraérselos. Un estudio demostró que la comarca donde viven es la zona de Granada donde más se utilizan los pesticidas en los invernaderos de la agricultura bajo plásticos. En la mayoría de los niños se encontraron hasta 17 sustancias químicas diferentes alojadas en sus tejidos grasos, sustancias que obviamente habían heredado de sus madres, que les habían llegado  a través de la placenta porque a ellos no le habría dado tiempo de acumularlos por la alimentación.
Fernández  dijo que actualmente hay más de 200.000 productos químicos que rodean la vida de todos los seres humanos. Y añadió que la dieta es algo que podemos controlar y por eso la mejor defensa es una alimentación sana, a base de productos ecológicos no tratados con productos pesticidas o fitosanitarios, y el ejercicio físico.
María Dolores Raygón, profesora de la Universidad de Valencia afirmó tajantemente que la alimentación con productos ecológicos es más saludable y nutritiva que la basada en productos de la agricultura convencional. Citó un estudio realizado en Suiza en el que se analizaron los nutrientes hallados a lo largo de diecisiete años en ochos productos frutales y hortícolas de la agricultura convencional. Entre 1985 y 2002, algunos frutos y hortalizas habían perdido hasta un 70 por ciento de algunos de sus nutrientes.
Raygón explicó que la pérdida de la capacidad nutritiva de los productos de la agricultura convencional se debe a cuatro factores. La erosión y la pérdida de la fertilidad de los suelos; la sustitución de las variedades locales por otras más comerciales; la recolección prematura; y las grandes distancias que tienen que recorrer los productos entre su punto de origen y el de consumo.
Fernández explicó que los productos ecológicos tienen más nutrientes y antioxidantes y menos residuos, sustancias químicas de síntesis, nitratos, antibióticos o aditivos alimentarios.