Maravillosa charla centrandose en aspectos concretos de Castellar |
El historiador
algecireño José Manuel Algarbani ha dado una conferencia sobre la reivindicación
de la tierra y la reforma agraria durante la Segunda República española en el Campo
de Gibraltar y su aplicación en Castellar de la Frontera. Ha sido en la segunda
jornada del seminario sobre autogestión, economía social y soberanía
alimentaria que se celebra este fin de semana en el aula Federico García Lorca
de esta población, organizado por la Confederación General del Trabajo (CGT).
Algarbani ilustró el
predominio del sindicalismo anarquista en el campo andaluz con una cifra que no
deja lugar a dudas: La CNT tenía 45.000 afiliados en la provincia de Cádiz en la
década de los 30. El historiador explicó cual fue la evolución y la estrategia
de la CNT frene a la reforma agraria que emprendió el Gobierno de la República
en 1932. De las esperanzas iniciales se pasó luego a una actitud más reivindicativa
y combativa cuando los trabajadores y afiliados a la organización sindical
descubren que esa reforma es lenta y no llega con la celeridad que esperan.
Además, en el bienio negro, cuando la coalición de derechas toma el poder, la
estrategia de oposición y confrontación se acentúa. En 1934 la CNT organiza
numerosas huelgas campesinas en el Campo de Gibraltar y en abril de ese año aparece
una bomba en el alfeizar del alcalde de Castellar que no llega a explotar porque
la mecha estaba mojada.
Algarbani ha explicado
que el Instituto de Reforma Agraria planeó expropiar al duque de Medinaceli,
propietario único de las más de 16.000 hectáreas que integran la finca La
Almoraima. El plan era dejar al duque con algo más de 3.000 hectáreas, dar al
municipio 2.000 y ceder 9.000 hectáreas al IRA para asentar en ellas a pequeños
propietarios agrícolas. Este plan preveía el asentamiento de jornaleros sin
tierra de Castellar, pero también de San Roque, Jimena y Los Barrios. Algarbani
ha contado que el Instituto de Reforma Agraria pretendía asentar a 333
familias, pero solo lo hizo con 25. Tras el triunfo del Frente Popular, la
presión campesina aceleró el proceso, pero el levantamiento militar y la caída
de Castellar en manos fascistas lo frenó y supuso la devolución al duque
de todas las tierras.
Algarbani ha explicado
que la represión franquista, que en Castellar supuso el fusilamiento de 20
personas, se cebó principalmente en los líderes jornaleros, los sindicalistas y
los campesinos que se habían beneficiado de la reforma agraria.
Manuel Zapata, socio de
la cooperativa de agricultura La Verde, de Villamartín, contó a continuación la
experiencia de esta empresa social que lleva treinta años funcionando en la
sierra Norte de Cádiz y abasteciendo de todo tipo de verduras, hortalizas y
frutas a muchos consumidores de las provincias de Cádiz y Sevilla.
Zapata no ocultó las
dificultades que supone el modo de producción cooperativista y agroecológico,
pero añadió que más difícil era hace treinta años que ahora porque entonces
eras todo una novedad y hoy en día ya
existe un mercado y una demanda social de sus productos. Zapata dijo que las dificultades
más graves vienen de los problemas personales entre cooperativistas, y agregó
que las trabas de origen político que sufrieron en sus inicios cuando
solicitaban el apoyo de las administraciones, les llevó a una conclusión: Hay
que luchar con los recursos propios e implicar a familia, amigos y conocidos,
pero no hacer depender un proyecto de las posibles ayudas o subvenciones
públicas.
Zapata afirmó que
actualmente La Verde explota catorce hectáreas, de las cuales tres son de
frutales de muy diverso tipo, y el resto dedicado a la producción hortícola al
aire libre. Añadió que, en Villamartín, la finca propiedad de los herederos del
fundador de la Guardia Civil, el duque de Ahumada, tiene 800 hectáreas y solo
contrata a cinco personas. “Nosotros con catorce hectáreas damos de comer a
seis familias. Es decir, somos la empresa agrícola más importante, rentable y
que da más empleo de toda la comarca”, afirmó.
Zapata afirma que
encontrar mercado, asegurar un circuito de distribución es también muy
importante para quienes quieran poner en marcha una cooperativa. No sólo se trata
de encontrar financiación y producir. Hay que pensar en asegurarse un mercado.
Y para ello dijo que lo más seguro es lo más cercano, construir un mercado
local y comarcal. Negó que los precios de los productos ecológicos sean más
caros que los de la agroindustria, sobre todo porque en el transporte a sitios
cercanos y la eliminación de los intermediarios se ahorran muchos costes.
Afirmó que el modelo
industrial que domina los mercados está arruinando la agricultura española.
Dijo que la mafia parece un grupo de aficionados si se compara con el fraude
que representa el sistema de reparto de las subvenciones agrícolas para los
terratenientes. Un sistema que está cavando la fosa de la agricultura de este
país: “Nuestro sistema de producción de alimentos está gravemente erosionado y
la población agraria envejecida”, afirmó Zapata. El fundador de La Verde
explicó que hoy en Villamartín, o en cualquier pueblo andaluz, sólo se produce
el 10 por ciento de los alimentos que se
consumen. El resto, el 90 por ciento, viene de fuera, y está controlado por las
grandes compañías agroindustriales que también controlan el mercado de las
semillas. Ocho empresas se lo reparten en todo el mundo.
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