martes, 15 de enero de 2013

El grano de la Almoraima

A La Almoraima, gran latifundio donde los haya, le ha salido un grano. Un grano que late, se difunde y germina. Un grano, pequeño aún, pero que crece por momento.
Castellar y su gente trabajadora sin trabajo, están germinando. Era, pues, cuestión de tiempo que se produjera el encuentro o, como en este caso el desencuentro. Y es que La Almoraima, nació para Castellar, pero la niña moruna le ha salido díscola a su madre y a lo largo de su vida, siempre aprovechó cualquier motivo para separarse de ella y renunciar a su maternidad. Porque ella, La Almoraima, siempre ha estado muy apegada a papá, el de Madrid, que es quien le da y le quita los dineros. Y ya se sabe con tanta distancia de por medio no se puede educar bien a los hijos.
Doña Isabel lo sabe y se aprovecha de ello porque ha hecho de “su” Almoraima un sayo y un “no me la quitarán porque me han dicho que es mía”. Disciplinada y cumplidora, doña Isabel no permite el reencuentro de su madre con su sediciosa y rica hija. Pero la crisis es mucha crisis y está tirando puertas y muros que antes se consideraban inexpugnables.
Aunque considero que lo suyo sería abrir algunas puertas para facilitar el trabajo que en definitiva es lo que es lo único que se está exigiendo.
Y no puedo por menos que resaltar que a este panal de discordias intencionadas vendrán diez mil …. a comer y a aprovechar el momento que una asociación de parados junto con su ayuntamiento han propiciado. Y así tendremos los invitados de la madre, los de la hija y los autoinvitados, que llegarán los últimos y se pondrán los primeros.
Maldita política ésta la nuestra que permite que mediocres de medio pelo vayan donde no les llaman, entren donde no les quieren y arrasen con lo que no es suyo.
En fin, vamos a regar la tierra para que el grano siga germinando y comience a dar sus frutos que es lo que Castellar y sus trabajadores sin trabajo necesitan

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